Una de las cosas más complicadas cuando te mudas a otro país es adaptarte a las costumbres locales. Y la curva de aprendizaje en cuanto al festejo de cumpleaños de los niños ha sido un tanto interesante.
Al principio organizaba las fiestas como a mí se me antojaba sin preocuparme por la fecha, porque en la Ciudad de México no importa cuándo cumples años (a menos que sea el 24 o 25 de diciembre en cuyo caso ni cómo ayudarte), siempre se puede festejar sin problemas. Sin embargo, aquí en Italia cumplir años en verano requiere altas dosis de planificación y de una claridad mental que no siempre poseo. La gente se va por temporadas largas a la playa o a la montaña, hace un calor del infierno y ahora con el covid las opciones se reducen.
En un principio había pensado en no organizar nada para mi hijo, que cumple a mitades de julio, porque íbamos a estar en España y pues un pastelito, un japi berdey y ya está, ¿no?
Pero después me puse a pensar que de por sí el chamaco no es muy sociable que digamos, no vaya a ser que el día de mañana la culpa de todos su problemas la tenga yo por no haberle organizado su fiesta de cuatro años. Tiene un par de semanas que se ha soltado más, está más juguetón, menos arisco, así que me subí a la ola del entusiasmo y decidí organizarle algo de último minuto.
Los invitados serán sus compañeros de escuela porque con ellos convive de todas maneras sin mascarilla, ellos fueron el foco infeccioso que trajo el virus a casa en invierno, así que nos sentimos cómodos tanto los papás como los niños pasándonos los gérmenes a gusto.
Por supuesto, como se trata de mí y no sé hacer las cosas a medias, el estrés tiene que ser total, porque si me va a dar un ictus un día de estos por nerviosa que sea organizando la fiesta del pequeño.Total que el viernes decidí que la fiesta será el jueves que viene porque los niños están a punto de terminar el ciclo escolar, la gente ya se empieza a ir de la ciudad y los mejores amigos del pequeño ya tenían compromisos varios.
Conclusión: menos de seis días para organizar la fiesta, en una semana en la que además estoy sola con los niños porque mandaron a #miesposo de viaje de trabajo. Otra vez. En verano. Yo creo que alguien en su empresa me odia y debe de estar rodando de la risa en su oficina ahora mismo diciendo “jaja vamos a joderle el verano otra vez a esta pendeja”.
Pero no podrán conmigo porque ya me puse la capa de supermom.
Diseñé una invitación super bonita y la mandé al grupo, compré decoraciones y encargué el pastel. Todo a tema Monstruos. Vamos a capitalizar las obsesiones del niño que se la ha pasado los últimos doce meses gruñendo a la gente y rehusándose a vestirse con nada que no sea una mendiga sudadera de monstruo que teníamos que lavar por las noches para que se la pudiera poner al día siguiente. Al llegar el calor no cundió el pánico porque ya estaba yo preparada con un arsenal de camisetas de monstruos de diversos colores, formas y pelajes.
Y poco me importó que el día de la fiesta tengo que llevar a la grande al doctor. Cuando den las dos y media de la tarde me pongo el soundtrack de Misión Imposible, paso por la niña, la llevo al médico, de ahí correr a recoger al pequeño mientras una amiga me ayuda a preparar todo en el parque, llegar, festejar, divertirse, reír, llorar, foto por aquí, foto por allá, apagar velas, dar gracias, recoger todo, subir a los niños en chinga al coche para llegar a la casa, aventarle los niños a #miesposo recién aterrizado, ponerme un vestido bonito y salir corriendo a una cena a la que no puedo —ni quiero— faltar.
Si se tratara de una película sería un Fast and Furious Desperate Housewife Edition, todos las escenas grabadas sin dobles de acción. P.S. Ningún niño será lastimado durante la realización del evento o por lo menos eso esperamos en Dios.
Y si sobrevivo se los cuento la próxima semana. Seguramente este jueves, padre de todos los jueves extremos, me dará mucho que contar. Mándenme su bendición.
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Éxito!!!
Muy interesante estar contigo en tus aventuras
Mis mejores deseos !! Que sea todo un éxito, a mi me encanta cómo escribes. Mantenme informada de cómo vas con la publicación.
Estoy deseando acudir al preestreno de Fast and Furious Desperate Housewife Edition, me da que me voy a morir de risa por no llorar, es lo que pasa con el “mal de muchos, consuelo de madres estresadas desesperadas”. 😉