Sex/Life de Netflix, una historia vagabunda de amor y mucho sexo

Jul 6, 2021 | Reseñas | 0 Comentarios

Esta semana aproveché el tiempo a solas para ver la serie Sex/Life que tanto me venía publicitando Netflix en su pantalla de bienvenida. 

Es una serie protagonizada por Sarah Shahi (Billie), Mike Vogel (Cooper) y Adam Demos (Tiranosaurus Brad), actores que me eran desconocidos y que hacen un muy buen trabajo en la serie, tomando en cuenta que la producción tiene varios fallos a mi gusto imperdonables.

¿De qué se trata Sex/Life?
La premisa de la serie se basa en la duplicidad propuesta por el título, cuya traducción exacta sería Vida/Sexual pero que han llamado Sexo/Vida en español por la misma razón. Una mujer llamada Billie se empieza a cuestionar un buen día por qué su vida familiar y su vida sexual parecieran estar enfrentadas. No entiende cómo es que pasó de ser una alocada chica que enfiestaba en la gran manzana, a la esposa de Cooper, un hombre guapo, humilde, centrado y muy trabajador.

Billie ahora tiene dos hijos, una casa en las afueras y una vida perfecta. Pero algo le falta. De un tiempo para acá ha comenzado a fantasear con Brad, un ex novio emocionalmente disfuncional (o ese es el pretexto que él usa para comportarse como un idiota, de forma demasiado consciente para mi gusto) que le rompió el corazón pero por el que todavía siente una conexión sexual muy fuerte.

Hasta ahí todo bien. ¿Quién puede culpar a Billie por seguir un poco clavada con ese larguirucho y sensual neoyorquino/australiano (¿?) con el que vivió largas noches de pasión? Sobre todo cuando la rutina y el nuevo bebé empiezan a pasarle factura. Un punto a favor de la serie es que presentan a un personaje femenino que, a pesar de tener un bebé de meses, tiene antojos sexuales muy fuertes y que no es una mujer “en pausa” que se siente desconectada con su líbido por el hecho de ser madre. Porque oiga, una puede ser madre, y seguirle gustando el sexo.

Sin embargo, y advierto que voy a entrar en terreno de SPOILERS A MUERTE, la serie falla desde el principio por un tema de credibilidad. Tienes que tomártela como lo que es, erotismo soft para un día pornochoso. Algo así como lo que eran las películas del Cinema Golden Choice en mis tiempos.

Porque ya desde el primer episodio resulta difícil tomarse en serio ciertos elementos de la trama. La torpeza de Billie al escribir su diario es una de esas cosas que te ponen nervioso desde el principio. Vemos que Cooper lee el diario de Billie y no puedes evitar preguntarte ¿cómo diablos pasó eso? ¿Él abrió la computadora? ¿Por qué? ¿Es así de chismoso? ¿O es que ella dejó la computadora abierta con el documento a la vista? Nuevamente ¿por qué? Y no contenta con ello todavía sigue escribiendo, le cuesta varios días llegar a la conclusión de que debería esconder el archivo y jamás le pone contraseña a su laptop. A ver, señora: o empieza a fantasear por lo bajini, calladita y en su mente, o le pone un seguro a su dispositivo. Si la protagonista no fuera psicóloga diría que no se da cuenta que inconscientemente está buscando que la descubran.

Y ya no hablemos de esa escena de la ducha donde nos dan a entender que el sex appeal de Brad consiste básicamente en tener el pene del tamaño de un tronco (episodio 3, minuto 20, de nada), hecho que además se muestra pero no está apoyado por ninguno de los personajes femeninos. Billie dice que él tiene un gran imán sexual, que es un dios del sexo, pero en ningún momento ni ella ni su amiga hacen mención al hecho de que no hay manera que ese hombre pueda caminar derecho. Es más, en uno de los flashbacks se ligan a unos tipos y de uno de ellos sí que comentan que calza grande. ¿Pero de Brad ni un solo comentario? En su diario, sabemos que Billie cuenta con lujo de detalles hasta los detalles más íntimos, pero ese no lo menciona. Además, creo que es una visión muy simplista de lo que a las mujeres nos engancha. Bien sabemos, oh pobres de nosotras, que no es necesaria semejante herramienta para traernos locas y que hemos cacheteado las banquetas por mucho menos.

Y no me estoy quejando, que quede claro, he visto esa escena un par (ejem) de veces, pero la verdad es que si eso que vemos es real y no un prostético, siento hasta un poco de pena por la mujer que se lo esté beneficiando (que todo parece indicar que es la propia prota de la serie). Aún así, a pesar de tremendo pene shot, me costó un poco derretirme por Brad y de eso culpo a la producción, el peinado con mechas y permanente me distraían demasiado. Adam Demos es muy guapo, pero imaginarme a un hombre que se supone es un dios del sexo, sentado en la peluquería haciéndose sus meches y la permanente me baja la líbido en automático. Además, ¿no podían ponerle un poco de bálsamo para los labios? Muchos elementos que me impedían centrarme más en el personaje.

¿Qué pasa con el esposo?
El dilema Brad/Cooper tampoco es muy creíble, porque por un lado tenemos que Billie fantasea con un hombre que la ha tratado con la punta del cepillo y por el otro lado que se deshace en elogios por el que, en teoría, es el hombre perfecto, pero que en realidad parece ser un hombre incapaz de ver a su esposa. Cooper lee la primera entrada del diario y entra inmediatamente en una espiral de inseguridades. Acosa al ex novio, viola la privacidad de la esposa. Se supone que es el mejor marido del mundo ¿no? Pero ya en el primer episodio ha primero ignorado y luego espiado a Billie, para después negarse a hablar del problema a pesar de las súplicas de Billie. En su lugar se inventa un plan bastante ridículo con el único propósito de compensar que él se siente en desventaja respecto a Brad. Un hombre seguro de sí mismo creo que confrontaría a su esposa y si la explicación no le convence, la dejaría y ya. Pero claro, si Cooper hiciera eso no habría serie.

En contraparte, el personaje de Devon, colega de Cooper, resulta un personaje mucho más en control de sí mismo que no necesita de validación. No sólo nos regala una frase que involuntariamente sintetiza la serie (¿So? She’s a horny housewife. Big deal. Welcome to suburbia), sino que lo dice mientras se come una banana. Enfrente de toda la oficina. Siendo, además, el único personaje de todo el elenco que no es guapo. No me digan que eso no es seguridad y confianza, macho alfa lomo plateado, camisa de leñador…  Hay que ser más como Devon, Cooper.

Después de rechazar rehacer su vida con Brad, que se presenta anillo en mano en su casa aprovechando la crisis, Billie nos cuenta en voz en off que se ha dado cuenta de que no importa que su vida esté dividida en un 85% de felicidad por la hermosa vida y familia que tiene y un 15% de amargura por ese mind blowing sex que se está perdiendo por estar jugando a la casita. Muy convencida ella nos dice que intentará llenar ese 15% de excitación con otras cosas: volviendo a su carrera, luchando por sus sueños e intereses, y teniendo mejor sexo con su esposo.

O no… porque en los minutos finales la vemos correr a casa de Brad, mientras Cooper observa devastado, gracias al rastreador que le puso en su teléfono, que ya anda de buscona otra vez (ese hombre tiene severos problemas de acoso). Billie entra triunfante en casa de Brad y le dice: “No pienso dejar a mi esposo. Esto no cambia nada. Ahora FUCK ME”.

Por la música y la forma en la que está editada la escena creo que los realizadores esperaban que los espectadores gritáramos de la emoción o nos ultra sorprendiéramos, pero pues mija, eso no fue lo que Brad te pidió. ¿Dónde estabas cuando dijo que está arrepentido y que lo que quiere es una vida contigo? En conclusión, una serie de personajes emocionalmente sordos que, si no te la tomas muy en serio, te hace pasar un buen rato.

BONUS DE OBSERVACIONES CURIOSAS:

  • Billie entrega casi todos sus diálogos corta de aliento, como si tuviera puesto un corsé imaginario que no la deja respirar.
  • El kimono de Sasha. Es el mismo durante más de ocho años. ¿Con qué lava su ropa? Que nos pase su rutina de lavado porque después de ocho largos años y lo que parece un uso casi diario, está como nuevo.
  • Las corbatas de Cooper. ¿Por qué son tan grandes? ¿No había de su tamaño? ¿O es que ahora están de moda las corbatas mamut y no me he enterado? Pregunta seria.
  • El soundtrack no está mal pero a veces o no encaja con la escena o se apodera demasiado de ella.

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